El 6 de junio de 1983, hace ahora 40 años, es noticia que un avión Harrier de la Royal Navy se había posado sobre la cubierta del buque de bandera española “Alraigo”, en viaje de Bilbao a Santa Cruz de Tenerife.
El capitán, Aitor Suso Linaza, que algo debía saber del vuelo vertical de este tipo de aeronaves, adivinó su intención y ordenó parar máquinas, tras lo cual acabó posándose sobre la cubierta.
El piloto, subteniente Ian Watson, consiguió posicionar su avión de cinco toneladas de peso entre la pluma real y la fachada de la superestructura, aplastando una furgoneta Mercedes y quedó con un ángulo de unos 45º apoyado sobre dos contenedores.
Cuando descendió de la cabina ayudado por la sorprendida tripulación, explicó que pertenecía a la flotilla de aeronaves desplegada en el portaaviones británico HMS “Illustrious”, y que participaba en un ejercicio y una avería le había hecho perder la comunicación, por lo que estaba próximo a quedarse sin combustible y en la búsqueda de posibles objetivos donde posarse apareció el buque cuando navegaba a unas 120 millas al SW de Oporto.
Hubo presiones para modificara el rumbo y entrar de arribada forzosa en Lisboa o Gibraltar que no dieron resultado y el 9 de junio se presentó en el puerto de Santa Cruz de Tenerife con su carga en cubierta.