Bronca terrible en Portugal, cuando el NRP Mondego no pudo vigilar un buque ruso en aguas de Madeira, después de que 13 tripulantes se negaran a embarcar por motivos de seguridad.
Hoy el jefe del Estado Mayor de la Armada portuguesa, el almirante Gouveia e Melo, manifestó que «la Marina no puede olvidar, ignorar ni perdonar los actos de indisciplina», en alusión al cometido el pasado sábado por la tripulación del buque patrulla NRP Mondego, lo dijo sobre el propio navío, cuyo estado acudió a comprobar en persona.
Todo, después de que una parte de la tripulación se negara a realizar una misión de vigilancia de un buque ruso al norte de la isla de Porto Santo, en Madeira. Alegaron distintos motivos de seguridad, como que había filtraciones de agua o la inoperatividad de uno de los dos motores y de uno de los tres generadores, inactivo desde octubre del 2022.
El barco lleva 500 días en misiones de busca y salvamento, lo que impidió realizar labores de mantenimiento. En su comunicado por escrito, los tripulantes aseguran que el propio comandante asumió frente a la dotación que «no se sentía cómodo» zarpando con las limitaciones técnicas que presentaba el navío.
Gouveia e Melo afirmó que «el comandante, último responsable de la seguridad de su unidad, lo que dice es que, a pesar de estar limitado y de las condiciones en que se le atribuyó la misión, el NRP Mondego estaría listo para ejecutarla».
El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, aseguró que es necesario un refuerzo del mantenimiento del equipamiento militar.
Ahora, excepto el comandante, serán sustituidos los 29 hombres que integran la tripulación del buque, y no solo los 13 que se negaron a zarpar. De acuerdo con los artículos de deber de obediencia y de tutela, estos se podrían enfrentar a la privación de libertad. Los militares fueron retenidos en el buque sin licencia de salida, donde los interroga la Polícia Judiciária Militar.
Este buque es uno de los cinco stanflex comprados de segunda mano por Portugal a Dinamarca en el año 2016.