Aprovechando que hoy se cumplen 125 años del hundimiento del crucero inglés HMS Serpent, frente a las costas gallegas a consecuencia de un temporal, se abre este hilo para recordar y recolectar efemérides que muchas veces nos pasan desapercibidas a todos por ser temas alejados de los que nos suelen interesar habitualmente.
El HMS Serpent, fue un crucero de tercera clase de la serie Archer de la Royal Navy, construido en Devonport en noviembre de 1885 y botado el 10 de marzo de 1887. Desplazaba 1770 toneladas y estaba armado con 6 cañones de 6 pulgadas y 5 tubos lanzatorpedos de 14 pulgadas. Fueron construidos ocho ejemplares eran los primeros en utilizar galvanizado para proteger los metales del agua de mar. Y tenían un gran problema con el peso del armamento, lo que le generaba balanceos peligrosos con mala mar.
El HMS Serpent, el 24 de junio de 1890 a pesar de encontrarse en situación de reserva fue asignado para prestar servicio. Zarpó del puerto de Plymouth el sábado 8 de noviembre de 1890. Su destino era relevar a su gemelo, el HMS Archer, en la West Africa Station y prestar servicio en las bases navales del cabo de Buena Esperanza y en la costa oeste africana en las islas de Madeira y Acra (Sierra Leona).
El 10 de noviembre de 1890, cuando navegaba bajo el mando del comandante de la Marina Real Harry L. Ross, el buque naufragó frente a la costa gallega, causando la muerte de 172 de sus 175 tripulantes.
El domingo 9 de noviembre, el Serpent es zarandeado por una marejada tan fuerte que la tripulación pensó que el capitán ordenaría el regreso al puerto de partida. Durante varias horas, el barco se mantiene al pairo hasta que amaina la tormenta y lo que es peor no son capaces de avistar el sol para situar con precisión al buque en las cartas náuticas.
A la mañana del día 10, el capitán Ross discutió largamente con su Oficial de Derrota acerca de la posición y rumbo del barco ya que, pese a que el tiempo no ayudaba, se había avistado una costa a babor.
No había niebla, la llovizna y las nubes reducían la visibilidad, y los barcos que cruzaron su rumbo con el suyo, no advirtieron nada extraño en su modo de navegar. Seguían un rumbo suroeste-medio sur y a pesar de la situación y de avistar costa, los marineros encargados de las sondas, no recibieron orden alguna de medir la profundidad del fondo.
A las 21:00, los mandos vuelven a discutir sobre la posición del buque, ordenando un cambio de rumbo al oeste y pidiendo el Comandante que el vigía buscase la luz del faro del Cabo Villano por la banda de babor. Pero la noche era cerrada y el vigía de babor ni siquiera oyó las rompientes. A las diez y media de la noche, el casco del Serpent crujió al encajarse contra la Punta do Boi a una velocidad de unos nueve nudos, la mayoría de la tripulación lo confundió con un golpe de mar, hasta que alguien gritó que habían embarrancado. El comandante ordenó cerrar las puertas estancas y librar los botes, en aquella época los chalecos salvavidas no eran obligatorio en la R.N. y solo había 25 para 175 tripulantes. El Comandante ordenó poner las máquinas atrás toda, cosa que resultó imposible. Mientras el mar hace astillas los botes y finalmente se recibe la orden de soltar todo aquello que pudiera flotar para ayudar a los supervivientes, y el Comandante ordenó a la marinería trepar a los mástiles para salvar la vida.
Dos horas después, solo los marineros Burton, Luxon y Gould, alguno herido de consideración logran llegar a tierra, dirigiéndose a una casa que divisan en la lejanía donde los alojan y se da la alarma. A la mañana siguiente se comenzó el rescate de los cuerpos del Serpent. Dada la proximidad a la costa del punto del naufragio, el mar estuvo muchos días arrojando cadáveres mutilados a la costa, que fueron enterrados a pie de playa, quedando las 172 víctimas enterradas en un improvisado cementerio en el lugar conocido como Cemiterio dos ingleses, posteriormente consagrado el 23 de noviembre.
La Corte Marcial, celebrada el 16 de diciembre de 1890 concluyó que la pérdida del Serpent se debió a un error de navegación. Y al saber la Navy que los tres únicos supervivientes del Serpent llevaban el chaleco salvavidas puesto, se generalizó su uso en el resto de los buques de la Royal Navy.
El buque y los tres supervivientes.
La última hora de navegación, realizado por Luís Jar Torre,